Discurso del presidente del Consejo Comarcal con motivo del Día de El Bierzo de 2019.
Buenos días,
Alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, muchas gracias por abrirnos las puertas del Ayuntamiento para poder realizar conjuntamente este acto institucional; Subdelegado del Gobierno de España, Consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Presidente de la Diputación de León, Alcalde de Villafranca del Bierzo, alcaldes/as y concejales/as, consejeros/as comarcales, resto de representantes de las instituciones políticas, eclesiásticas, civiles y militares, amigas y amigos, bienvenidas, bienvenidos, a los actos de celebración del Día de El Bierzo.
Bercianos y bercianas, de condición y de sentimiento, este presidente tiene el grandísimo honor de dirigirse a vosotros por quinta vez consecutiva para felicitaros en esta jornada tan especial, la número LXI datada como tal, en la que celebramos nuestro día y en la que proclamamos nuestra identidad, esa que permitió hace 28 años el reconocimiento legal de la Comarca y la creación del Consejo Comarcal, la institución que representa a nuestro pueblo y que tan honrado me siento de presidir en un segundo mandato.
Aquel reconocimiento de 1991 fue la respuesta a una reivindicación histórica de la singularidad de El Bierzo, que consiguió que en Castilla y León se aprobase por primera y única vez la creación de una Comarca administrativa. En este tiempo, el Consejo Comarcal ha demostrado una gestión eficaz de los servicios encomendados y ha posibilitado esa cercanía tan necesaria entre la administración y la ciudadanía. De igual modo, ha sido el altavoz de las reivindicaciones del pueblo berciano impulsando, con mayor o menor éxito, iniciativas encaminadas a defender los intereses y la mejora de nuestra tierra.
Pero realizar esta labor no es una tarea fácil, sobre todo por la continuidad de un sistema de financiación que provoca situaciones injustas y que impide en modo alguno el desarrollo y crecimiento de la institución. Desde su creación hasta hoy el Consejo Comarcal ha funcionado gracias a las aportaciones dinerarias que llegan a modo de subvenciones y casi siempre con retraso, lo que limita muchas de nuestras actuaciones, por el riesgo de incumplir con el criterio de estabilidad presupuestaria. Esta falta de diligencia con los ingresos que nos corresponden, unido a la falta de actualización que absorba las subidas del coste de la vida, ahoga a nuestra institución y provoca que sea imposible acometer cualquier iniciativa propia o destinar ese remanente para necesidades tan urgentes como ampliar los servicios o crear empleo.
Esta situación tan asfixiante viene acompañada por otro hecho que pone en jaque la estabilidad económica de la institución. El último convenio marco de colaboración entre la Junta de Castilla y León y el Consejo Comarcal se firmó en 2009. El acuerdo tendría una vigencia de cuatro años. Desde 2013 la renovación del mismo sigue sobre la mesa, a pesar de los avances a los que se llegó en el pasado mandato y que parecían indicar que estaría firmado antes de finalizarlo. Es otro asunto más que se une a la lista de temas pendientes, que, año tras año, se traen al discurso institucional de este día, sin que hasta la fecha hayan tenido solución. Y alguno se solucionaría empleando algo tan sumamente sencillo que se expresa en una sola palabra: VOLUNTAD. Pero el tiempo pasa y esa voluntad política no llega.
Pendientes de concretar una reunión con el nuevo Presidente de la Junta de Castilla y León, no puedo dejar pasar la oportunidad para pedir al representante del gobierno autonómico en este acto, el Consejero de Fomento y Medio Ambiente, su intermediación para que cuanto antes se pueda firmar un nuevo convenio marco que permita el desarrollo competencial y la actualización de las cuantías que recibe nuestra administración.
Otro tema pendiente y recurrente en mis intervenciones es el de la sede. Después de 28 años de vida, la provisionalidad sigue marcando la actividad diaria de nuestra institución. Todos, ciudadanía y empleados públicos, nos vemos perjudicados de alguna manera por la carencia de un edificio accesible y digno. Así, es habitual que la misma sala de reuniones sirva para acoger una junta de gobierno, una rueda de prensa, o una terapia psicológica. Hasta el vestíbulo de la primera planta ha acogido plenos. La situación es así de surrealista y la promesa de un edificio administrativo, como muchas otras, sigue durmiendo el sueño de los justos. Y así podríamos hablar de muchas otras actuaciones por parte de la administración regional en las que las promesas no se han llevado a cabo, pero ésta sería una intervención larga y poco fructífera.
Desde el equipo de gobierno del Consejo Comarcal creemos que es el momento de denunciar con más firmeza esta situación, reivindicar respeto, apoyo, y un cambio que permita el desarrollo de nuestra institución. El Bierzo está sufriendo en los últimos años una crisis profunda agudizada, en parte, por haber sido siempre un territorio periférico, alejado de los verdaderos centros de poder, aquellos donde se toman las decisiones importantes. Es una situación tremendamente injusta, siendo como ha sido esta comarca un motor económico importante en la provincia de León y en la Comunidad Autónoma. Un Consejo Comarcal fuerte ayudaría a evitar el hundimiento de nuestra economía y la sangría poblacional. Por eso pido, pedimos, el compromiso de la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial y los ayuntamientos de El Bierzo para apostar por el Consejo Comarcal la institución que, además de ser un ente de representación y un prestador de servicios, sea una institución fuerte con capacidad para gestionar más competencias y tomar decisiones. Sorprenden, cuando menos, informaciones y declaraciones al respecto de agrupaciones de municipios o de capitalidades autonómicas que más parece que lo que buscan es apartar la mirada de los problemas que de verdad preocupan a la ciudadanía -como pueden ser las deficiencias en servicios de primera necesidad o la despoblación del medio rural por falta de una apuesta decidida por el mismo- en lugar de tratar de buscar soluciones a todos esos problemas, que son el verdadero motivo, y no otros, por los que quienes nos eligen depositan su confianza en nosotros.
La situación que estamos viviendo en España tampoco está ayudando mucho. Existen proyectos que están pendientes de la formación de un nuevo gobierno. Proyectos necesarios para que, después del cierre de nuestras minas y de nuestras centrales térmicas, antaño parte muy importante en nuestra economía, y en la de toda la comunidad, seamos capaces de salir adelante y frenar la constante pérdida de población. Y no, la solución no pasa por poner la capital de nuestra comunidad en Valladolid y que esa ciudad sea el centro de la unión de nuestras regiones, Castilla y León. La solución pasa por generar riqueza en El Bierzo, para que sigamos aportando nuestro granito de arena a la economía de la comunidad, apostando por el medio rural y la compatibilidad de la vida en el mismo con el desarrollo de actividades económicas adecuadas.
Y sí, ahí tienen cabida industrias, de todo tipo, con un control medioambiental adecuado, e incluso medioambientalmente sostenibles; por supuesto,apostando por el sector agroalimentario, con nuestros actuales siete sellos de calidad y sus posibles ampliaciones, pero también impulsando un sector turístico de calidad, que no de ricos, donde la profesionalidad y el buen hacer consigan que el visitante se sienta a gusto en nuestra tierra, pero sin que su visita suponga una molestia para el habitante de la comarca que no vive del sector turístico. Es tiempo ya unirse en un frente común en el que todos los organismos implicados en el desarrollo de estos sectores, públicos o privados, nos pongamos de acuerdo para conseguir que El Bierzo tenga futuro más allá del sector del carbón. Nadie dice que sea fácil, pero si no nos ponemos a caminar, nunca llegaremos a nuestro objetivo. Y el tiempo apremia.
Por eso hoy, desde El Bierzo, y teniendo en cuenta la presencia de representantes de todos los partidos políticos, hacemos un llamamiento al sentido de Estado, con mayúsculas, para que, por encima de intereses partidistas, se busque una solución que permita que, a la mayor brevedad, se constituya un gobierno en nuestro país que empiece a tomar las decisiones adecuadas para que los proyectos que afectan a nuestra comarca, como la A-76 o todo lo que tenga que ver con las infraestructuras del Corredor Atlántico, pero también con las actuaciones del Ministerio de Transición Ecológica, se pongan en marcha.
El Día de El Bierzo de 2019 será para este gobierno comarcal el inicio de una época de reivindicación para acabar con las injusticias hacia nuestro pueblo. Quedan por delante cuatro años de más trabajo, si cabe, con un equipo de personas que empiezan una nueva etapa con unas ganas inmensas de luchar por nuestra tierra. Os pido confianza en este equipo.
No quiero finalizar mi intervención sin dar las gracias a las trabajadoras y los trabajadores del Consejo por su entrega y dedicación, día tras día. También a los medios de comunicación por vuestra presencia en este acto y por la difusión que lleváis a cabo de toda la actividad de nuestra institución. Y también quiero tener un recuerdo entrañable para todas aquellas personas que hace un año estaban aquí celebrando este día y que, por diferentes motivos, hoy no se encuentran entre nosotros.
Os deseo, de corazón, un feliz Día de El Bierzo. Muchas gracias. ¡¡Viva El Bierzo!!
Gerardo Álvarez Courel. Presidente del Consejo Comarcal del Bierzo.